En primer lugar, la decoración muy moderna, muy actual y muy muy lejos de la mayor parte de las vinotecas, enotecas, bodegas y clubs de vinos que conocemos; nada de estantes de madera con las botellas allí, tan tristes, tan de pie, cogiendo tanto polvo...Aquí prefieren tenerlas guardadas en los cajones de unas "cómodas", y así estan tumbaditas y a oscuras, como debe ser.
En segundo lugar el concepto, es una tienda de vinos, si, pero también un lugar de disfrute y un paraíso para los amantes de los gadgets vinícolas.
También tienen sus propios vinos: Señorita Malauva y Capitán Malauva y además pudimos disfrutar de una degustación de espumosos que había programada.
Fue el probablemente un día récord de temperatura en Madrid, con lo cual, se agradecía que la cata fuese de espumosos bien fresquitos.
Para empezar nos sirvieron un espumoso francés, Munch Blanc de Blancs, con Chardonay, claro. Perfecto,equilibrado, buena burbuja, buena acidez, nos encantó. Luego nos sirvieron un espumoso realizado en Toro llamado Ariane, bonito nombre y bonita botella, pero la potencia del verdejo, que se apreciaba sólo con verter el vino en la copa, junto con el dulzor del moscatel no nos convenció.Como tercer espumoso probamos un Moscatto Italiano, y como podéis suponer estaba muy dulce, no puedo deciros mas (lo siento, tengo mis gustos muy definidos).
Todo esto, unido al buen hacer del maestro de ceremonias (Nacho) hizo que la tórrida tarde pasara de un modo agradable. A destacar lo distendido del evento, que era gratis, que estaba lleno de gente joven, muy joven (bonita manera de acercarles al mundo del vino), la música, el ambiente, la amabilidad del personal, la magnifica cristalería...Por supuesto no era una cata para super-entendidos, tampoco lo pretendían, sólo una manera de disfrutar del vino y aprender algo.
Esperamos poder visitar pronto la tienda de Valladolid
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